lunes, 14 de marzo de 2011

LUNES MAL LUNERO

Se arrastra el dolor, 
inmundo, obsceno, lo miro de lejos mientras
pienso: ya viene.
Y se acerca,
sus pasitos que no son pasitos sino zancadas
y me dice: te tengo.
Te quedas? Sí, verdad?
Es para ir poniendo un cubierto de más en la mesa,
y hacerte hueco ya sabes dónde....
Te ríes, cabrón!
Claro, desahuciado  de mi sombra iluminada, qué soy?
Ya ves! 
Insecto, así me llamas,
y ni el crepitar de mis alas, cric-cric, cric-cric
hace canción. Hoy no.
Pero que sepas:
que ni despojado, desarmado, desnudo, acosado,
ni vestido de frío azul,
ni tan sólo arrancado de cuajo del regazo de mi razón
podrás esta vez enredarme, cabrón.
Te cambia la cara? Joder, qué bien!
Eso quiero, que lo pruebes, que pases la lengua, 
se llama derrota, lo sabes? No? Pues aprende,
entiende, comprende, retén lo que te voy a decir:
Esta vez soy yo, esta vez sí soy fuerte
y saldré indemne, tenlo presente.
Anda, te vas? Y eso?
No tienes con qué aliñar tu plato?
Carajo! Al final resultará que este gato viejo,
pellejo, todo aristas y huecos,
va y aprende....


viernes, 4 de marzo de 2011

Rentabilidad



No me escuchabas nunca.
Analizando,
como estabas,
la oferta y la demanda
para saber cuándo era el 
momento preciso para besarme.
Invirtiendo en mi cuerpo
solo y únicamente
cuando los valores 
estaban en alza.
Sacando el máximo común
divisor al hecho de compartir
una misma estancia.
Dividías y restabas lo que creías
superflúo, a saber:
miradas, gestos, caricias
y cientos de te quieros.
Calculaste la rentabilidad
que te aportaba
el hacerme el amor,
dictaminando después
que de vez en cuando
había pérdidas cuantiosas.
 Y yo te decía te quiero bien alto,
casi chillándolo.
Saltaba entre los números,
me abría paso entre
cálculos y razonamientos
matemáticos...
Pero el déficit de capital 
no te permitía oír.
No me escuchabas nunca.
Nunca.
Afanado,
como estabas,
en ese amor de escuadra y 
cartabón.






~ Rocío ~