lunes, 27 de diciembre de 2010

De recuerdos, nostalgias y falsas recámaras


Recordar es obsceno, 
peor: es triste. Olvidar es morir.
Vicente Aleixandre  





Siento una punzada de nostalgia al descubrir que, lejos de haber enterrado los recuerdos, los había situado en una falsa recámara y que olvidé cerrar la puerta con llave. Lo malo del dolor es que se extiende, como una mancha, sobre la superficie de mi memoria, de mis emociones.


Lo malo del dolor es que abre las puertas de las falsas recámaras y todo termina por salir, por salpicarte. Y acabas chapoteando entre los charcos de agua sucia, ensuciándolo todo, incluso aquella ropa nueva, recién puesta, con la que querías caminar. Un eterno retorno, un puto bucle.


Un bucle que nos acaba enredando, que nos tira al fango del dolor. Pero lo peor de todo es que nos sentimos bien dentro del fango, seguros, rodeados de nuestros recuerdos, de nuestros miedos, atesorándolos. Porque es mejor tenerlos y dolernos que no tener nada. Ni siquiera un motivo por el que perder la vida.


Jose
Rocío

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